U N R I N C Ó N
La escena que veo es de
algo mío, de la infancia de un crío de cuatro o cinco años; y es en mi pueblo…en
un pueblo de los de antes. Sólo hay ante mí, un pequeño rincón de –por llamarla
con respeto- una barriada humilde, con unas casas, una escalera entre ellas que
llega al campo; y un crío que la baja corriendo, con la cabeza vuelta hacia alguien que le
requiere algo; pero, aquel no se detiene.
Aunque solamente veo ese pequeño lugar; en mi mente, en mi
recuerdo, en mi pena y en mi nostalgia; todo se hace demasiado grande para mí.
Es, indudablemente, mi pasado. Y en mi sensación, la persona de la escalera
es mi madre, el pueblo es de los de antes, la nostalgia lo envuelve todo, y el
crío no parece ser sólo él quien me ha traído aquí; sino que es el pasado el
que lo ha hecho, el que causa todo lo que me está sucediendo.
Siento el empezar de él: Un niño
abriéndose a la vida; una mujer que –ilusionada, fuerte, esperanzada y alegre-
lucha por ella ; y un pueblo que no es más que un pedazo de tierra, en el que
los hombres tratan de sobrevivir, alterándolo y creando lo que su fragilidad
necesita para seguir adelante… Y todo lo que está empezando es hermoso, bello y
verdadero; y, desde mi presente, un tiempo del que quiero algo.
-----
Trato de comprender lo que busco y
pienso, en todos ellos; pero no salta nada en mi nostalgia que sea lo
que añoro del pasado; porque lo que me duele es que aquello que fue presente, ahora es pasado,…es decir,
nada; porque después, sólo estará en el recuerdo.
Es
irracional que, como ser que existe, anhele que siga siendo presente;
que todo pasado –propio o ajeno- sea siempre presente. Pero algo mío, más hondo y –por vehemencia- más verdadero;
intuye que el anhelo y lo anhelado son una realidad que es, aunque fuera del
mero existir.
Además de toda la convicción que hay en lo
que digo, otro sentir-más cercano a una sensación de saber – me lleva a la idea
de que el pasado desaparece de una dimensión y continúa en otra; y esto es algo
de la mera y simple existencia; una de sus posibilidades.
Dejo de elucubrar y vuelvo a la
visión que me ha traído una melodía.
-----
La imagen está desapareciendo; pero
no, porque empiece a borrarse; sino porque se está alejando hacia algo que no
es el horizonte de esta realidad: un vacío como un corte del espacio de antes y
la escena –que ahora parece un desgarro de lo real- hundiéndose en él.
Siento el mismo dolor que el de la
ida irremediable de lo que nunca volverá a estar; aunque se va y seguirá en otra realidad, de
la que no sé más. Y en el momento que esto sucede, no hay nostalgia; ni de
ellos –madre, yo, pueblo- ni de este último lugar; no hay por haberme quedado sin ese pasado, sino porque algo
–dentro o fuera de él- lo ha abducido; y
el anhelo no es ni de ellos, ni del lugar;…es de estar en la realidad anterior
a las realidades separadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario