jueves, 1 de marzo de 2018

Esto es así




                                      E S T O   E S   A S Í

                      En mi recuerdo suena una canción…El salón de la casa, el gramófono y su sonido, los muebles, los cuadros, los adornos  que decoran rincones y paredes, y, hasta el mismo aire cargado de una luz en penumbra; …todo recuerda  un tiempo pasado; que ennostalgia y entristece, porque no pudo escapar de su momento para seguir siendo.
          La canción sigue sonando en su tiempo  y en el mío. Ahora, en el gramófono, lo hace como una más de moda, en la voz del hombre que ha entrado en la estancia, en un  juego salpicado de gestos y posturas que muestran la alegría de aquel; y en mi alma se siente –como siempre- enmarañada de belleza, anhelo, dicha y pena.
          …Las primeras notas, sus cadenas en acordes y la melodía que va componiéndose; consiguen que mi voz se una a la de aquel, y la dulzura que me llena el alma se una a su bienestar; en él expresado casi con “tonterías” y, en mí, en un corazón que se altera y en una mueca que lo aquieta. Pero, mientras que en el hombre, ahora, sólo hay felicidad; en mi alma también hay pena y en mi sentir, dolor: él no puede saberlo, pero ahora no existe.
          La música embriaga tanto que, aunque sus notas recorren un camino de alegría, exaltación, pero,  también, de pérdida, tristeza y anhelo; aquel sigue –quizás aferrado- con su dicha…Lo que la melodía lleva en su más hondo se queda en algo suyo –algo del hombre-tan escondido como su propio desaparecer; y, ahora, sólo es una bella y pegadiza canción.
                                     -----o-----o-----
          “Casi sin dejar de cantar atraviesa el salón, habla con alguien en otra habitación, regresa y empieza a preparar…;….da igual, lo que vaya a hacer;…porque, entra la otra persona y…
          …La escena, de pronto, enmudece; pero no sólo la canción, las voces, los pasos; también se ha quedado sin color, sin olores, sin relieves que la llenen; todo se ha vuelto plano. Pero no, como una fotografía que plasma un momento de vida real cargada de su vivencia, sino como figuras y objetos, sustentados y moviéndose en nada.
          …Sin embargo, es su vivir. Y es su historia la que empieza a transcurrir traída por mis recuerdos, a la vez que este extraño absurdo –en el que nada parece realidad- sigue adelante con su devenir.
          Pero no puedo continuar, sin más: mi memoria es real, mis recuerdos, son sobre otro tiempo, mi sentido está percibiendo ahora…y esta pantomima es ¿de este tiempo?...
          No entiendo lo que sucede, y todo se me vuelve pregunta; pero, junto a este no saber, emerge la certeza –creciente, inesperada y súbita- de que algo del pasado, no sólo su recuerdo, sigue siendo después; y esto  que ocurre…está en mi tiempo. Y,  aunque lo que ahora veo –ni ensueños, ni memorias- se muestra como un desvarío en la mente; mi sentir lo entraña, y, demasiado cercano a lo posible.
          La certeza, aún no está en mi mente. Sin embargo, ésta, movida por algo que desconozco, empieza a sumergirse en lo más profundo de ella misma; y, extrañamente, noto que el tiempo se mueve hacia el pasado…
          …De pronto, el vivir que fue en aquella casa, lo tengo tan cerca que parezco vivirlo, no recordarlo; aunque, sin ser, yo, nadie de entonces.
          Y aquella escena, que me trajo la canción, continúa…Viviéndolas, sin ser mías, suceden otras y otras; en un continuo transcurrir de la historia, hasta que llega su final –el que yo había conocido-.
          Después de lo que parece haber sido un recordar vivencias,-aunque en  un proceso extraño- no se aquieta la mente; sino que sigue –removida por aquello que la hundió en sí misma- y todo se me hace un delirio…
          …En un pasar a través de un espacio y un tiempo, que son atravesados como si no existieran, vuelve a aparecer la historia –que ya había agotado su tiempo- y veo lo que va quedando de ella, al recorrer su futuro.
          Aquella escena, la que se volvió de “figuras y objetos, sustentados y moviéndose en nada”, es el final al que me lleva el caminar de mi mente. Pero, no hay una sola escena, sino una sucesión de ellas, que van perdiendo vida, al irlas encontrando; y la última –virtual, como una tira cómica- las hace comprensibles: son  como una vida de sombras fantasmales en la que las personas de la historia, van repitiendo sus propios vivires; aunque, ahora, como los ecos de aquellos que fueron, esparcidos en todos los tiempos; pero, vacíos de sustancia, desoídos, ignorados e inevitables para ellas mismas.
                                                -----o-----
          Mi mente se queda quieta; y mi sentir, bloqueado por la evidencia de que aquel pasado está en mi presente, pero, no tiene vida. Sin embargo, no todo está quieto; porque seguimos vivos – de alguna forma- yo, la canción y la historia.
          Algo mío –apartado de la mente- vuelve traer la melodía; que, susurrada, quiere entrar en la escena primera que enmudeció…Mientras discurre este vivir –encerrado en sí mismo-, y la canción, apenas, es sonido; nada se altera en esta realidad mía y de ellos. Pero ese algo –empujado por mi anhelo de ser- hace que la música deje de ocultarse en el  consuelo; y suene fuerte, briosa y palpitante,…intentando remover la escena; y sin que yo pare el absurdo.
          Antes, cuando con mi mente, recorrí el devenir de la historia desde su presente al mío; las imágenes que veía eran como flashes sustentados en el vacío, pero, ahora, las de la escena están tras una pared de cristal. Además, esta escena que inició todo – solamente diferente de aquellas, porque se  mantenía como en una pantalla en la que se iba secuenciando el vivir- parece tener otra entidad; quizás, la que me está llevando a quebrar su apariencia en la nada.
          La canción, cada vez, se hace más trepidante; tanto que, si estuviéramos en la realidad inequívoca, el cristal que nos separa saltaría en pedazos; pero, aunque no sucede en la escena, sí lo hace en la canción; porque ésta rompe su melodía y se queda en una  nota; que acaba en ser, más que música, un grito, una arremetida contra este absurdo;…pero, nada…
          …La nota desaparece, se hace el silencio, y, mi impulso se aquieta. Después, vuelve la melodía que quería entrar, nuevamente susurrada, aunque ahora parece que se queda en mí; sin que traiga –como antes- consuelo, sino calma; una calma que parece ir haciéndose ternura, y, poco a poco, una brizna presentida de alegría.
          No sé si es esta sensación, o algo que hay en la melodía, que no he sentido, pero repito una y otra vez sus notas;…y el sentir –creciendo su contento- hace sonar otros  acordes, que canto –ahora sí- sin titubeos, no a las escenas, sino a las personas que las viven.
          Y noto que, sin saber por qué, jugueteo –mímica y gestos- al hacerlo; de igual forma, que se hace con alguien a quien se quiere sacar de su malestar o su apatía.
          De pronto, y sin que yo lo esperara, porque no había habido ningún movimiento en la escena –seguía plana, muda y desvanecida-; veo que aquel hombre –después otras personas- se vuelve hacia mí y me mira. Y su mirada es la de alguien –a quien he querido ayudar- diciéndome que “esto es así; sin más”.
          Después, todo retorna a lo suyo; y no comprendo más, que en mi juego de antes hacia ellos, yo era, realmente, el que necesitaba salir del malestar. No comprendo nada más; pero no me siento mal, sino, extrañamente tranquilo.”
                                              -----o-----o-----
          Ahora estoy solo; sin escenas, sin canción; sin nada de lo que he estado ¿viviendo?...Estoy en el presente inequívoco; y en mi pensar solamente tengo lo que me deja en  la conciencia y en el recuerdo, un sueño sin más: un suceso que he vivido; extraño, absurdo, inimaginado; lleno de sentires, preguntas y dudas; y fuera de lo que creo posible. Y esas  escenas, la canción y los avatares; aunque parezcan tener fuerza de realidad, solamente  los puedo asegurar en el vivir de un sueño; pero sólo consigo que lo acepte mi razón…
        Como mi cabeza –término vulgar; amplio, impreciso y no comprometido- es un hervidero – otro vulgarismo- de cosas-otro más- que llamo ideas, sentires, sentidos, algos, mente, recuerdo, razón, alma sueños…; que no logro conciliar, explicar, o entender;…yo –tampoco lo tengo claro- decido dejar de intentar comprender los hechos. Pero, quiero que sigan revoloteando dentro de mí y liberarlos, para volver a traerlos  a mi presente –inequívoco- de ahora…
          De todos los hechos, el de no saber si los vivires del pasado siguen en el presente –o siempre- vivos, como los entrañaba el sentir; existiendo –“esto es así”-; o burlados en su devenir cayendo;…es éste, el que más altera mi “dejar estarlos, sin más”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Valoración de los relatos

Seguidores